El territorio alemán se extiende desde el mar Báltico y el mar del Norte, hasta los Alpes en el sur; posee una superficie llana en las costas a la que se contrapone las elevadas colinas y montañas que van apareciendo hacía el centro. La elevación de los cuerpos macizos va aumentando camino al sur, lugar donde resaltan los majestuosos picos alpinos.

La belleza de Alemania no se limita a sus Alpes y sus costas, otro de los elementos naturales que resaltan es la Selva Negra, ubicada en el estado de Baden-Württemberg; un macizo montañoso símbolo de esta hermosa región fundada hace 130 años. La Selva Negra ocupa 11.400 kilómetros cuadrados en el sudoeste de Alemania y limita con Suiza y Francia. Se dice que el origen de su nombre estuvo en manos de los romanos, quienes la llamaron así por la profundidad y oscuridad de sus bosques.

Alemania es una de las naciones con el mayor número de sitios declarados como patrimonio de la humanidad por la Unesco en el mundo.

51 para ser exactos. Al día de hoy 48 son bienes culturales y 3 son bienes naturales, asimismo, 8 de los 51 bienes alemanes comparten frontera con Países Bajos, Dinamarca, Francia, Polonia y Reino Unido.

Todo esto le ha permitido posicionarse a nivel mundial como uno de las primeras opciones elegidas por los turistas internacionales a la hora de planificar sus vacaciones, es por ello que hoy ocupa la quinta posición en el top 5 de los destinos turísticos preferidos en Europa, recibiendo más de 35.6 millones de visitantes al año. Quienes visitan Alemania encontrarán hermosos y vibrantes paisajes que van desde la modernidad de sus ciudades, hasta sus castillos medievales; una oferta artística asombrosa, una deliciosa gastronomía y una rica cultura influenciada por diferentes civilizaciones; es por ello que en Alemania todos encontrarán satisfechos sus sueños, puesto que existe entretenimiento para todos los gustos.

Gastronomía.

La comida rápida fue creada por los alemanes.

Historiadores han establecido que la vieja Europa podría ser la verdadera cuna de la comida rápida; lo que hasta hace poco se consideraba propiedad exclusiva del ingenio norteamericano, hoy se tiene como pertenencia alemana. La bonita historia que da pie a esta teoría es propia de Ratisbona, en Baviera, una ciudad medieval a las orillas del Danubio, cuyo casco central antiguo es patrimonio de la humanidad según la UNESCO. Allí se encuentra el Steinerne Brücke, el puente más antiguo de Alemania; el paisaje es acompañado por su catedral, un imponente edificio sagrado con marcados rasgos góticos, una obra arquitectónica típica de la época vivida por aquel siglo VII.

Fue en el año 1146 cuando el establecimiento de comida rápida más antiguo del mundo abrió las puertas para el público, muy cerca del puente Steinerne Brücke. La historia narra que los constructores y demás trabajadores que participaron en el levantamiento de la catedral pasaban habitualmente por este peculiar restaurante a tomar algo de “carne hervida”. En la actualidad el restaurante es conocido como Wurstkuchl, sigue abierto al público y recibe numerosas visitas internacionales a quienes les sirven las famosas salchichas de Ratisbona con chucrut y mostaza.

La puerta de Brandeburgo, sede del parlamento.

Un monumento de 26 metros de altura construido entre 1788 y 1791 inspirado arquitectónicamente en la entrada a la Acrópolis de Atenas. La idea de su construcción nació en la mente del rey Friedrich Wilhelm II de Prusia y fue planeado por Carl Gotthard Langhans para celebrar el triunfo de Prusia en la guerra. En la época de la Guerra Fría fue el estandarte de la división entre Alemania Oriental y Alemania Occidental, hoy es sinónimo de paz y unidad, un auténtico símbolo de la Alemania reunificada.

Berlín, una ciudad de historia, invención y arte.

La capital de Alemania es uno de los principales centros culturales, artísticos e históricos de toda Europa. Cuenta con más de 3 millones 600 mil habitantes, de los cuales más de un 10 % tienen raíces extranjeras. Los habitantes conviven entre monumentos históricos, espacios naturales perfectamente conservados, construcciones modernas y funcionales, así como, un sinnúmero de centros de entretenimiento donde la oferta es tan amplia que todos podrán encontrar algo que les apasione.

25.000 castillos de la Alemania medieval.

Entre Bingen y Coblenza existen 40 castillos bien conservados que están alineados a lo largo de 60 kilómetros, esto ha motivado a que el Valle del Rin Superior Medio sea considerado el primer paisaje cultural alemán, y desde junio de 2002 fue incluido en la lista del patrimonio mundial de la UNESCO. Sin embargo, también se pueden conseguir muchas de estas majestuosas obras arquitectónicas en el Bajo Rin, en el estado federal de Sajonia, al suroeste de Alemania, en Münsterland, y más.

El número de 25.000 es básicamente una estimación, pues la realidad es que no se sabe con exactitud cuántos castillos fueron construidos durante la historia alemana; de muchos de ellos apenas quedan algunos cimientos que aún no han sido encontrados. Actualmente, el Instituto Europeo de Castillos está en proceso de elaboración de una base de datos que oriente a la humanidad hacia un número más exacto. No sólo se registran castillos bien conservados, sino también, las ruinas de los castillos que se van consiguiendo y muchos otros que sólo están documentados en fuentes históricas, pero que sus restos aún no han sido encontrados.

El castillo de Neuschwanstein es uno de los más nuevos, construido en una época en la que estas edificaciones habían perdido su importancia como estrategia militar y política; pese a su corta vida, este castillo es uno de los más conocidos y visitados, ya que constituye la materialización de uno de los deseos de Luis II de Baviera, mejor conocido como “el Rey Loco”, esto lo convierte en un atractivo turístico de culto.

El castillo de Burghausen es otro de los valiosos atractivos medievales de Alemania, cuenta con mil años de antigüedad y una innumerable lista de historias y leyendas. Por último, te contaré sobre el maravilloso Palacio de Schwerin, ubicado en una pequeña isla rodeada por 7 lagos. Durante siglos fue la residencia de importantes duques y ahora es la sede del Parlamento de Mecklemburgo-Pomerania Occidental. Su diseño redondo, la belleza de su entorno de aguas tranquilas y árboles centenarios le otorgan un atractivo de ensueño, sin duda, uno de los más encantadores a la vista del turista moderno.